Originario de Sudamérica —particularmente de Perú, Bolivia, Chile y Argentina—, el Cedrón fue llevado a Europa por los colonizadores españoles en el siglo XVII. Su nombre científico honra a la reina María Luisa de Parma (Aloysia), mientras que su nombre popular deriva del fuerte perfume a limón que desprenden sus hojas. Hoy se cultiva en climas templados de todo el mundo.

El Cedrón es un arbusto caducifolio que puede alcanzar hasta dos metros de altura. Sus hojas, alargadas, finas y de verde claro, se disponen en verticilos de tres, desprendiendo un intenso aroma cítrico al mínimo roce. Las flores, pequeñas y blancas con toques violáceos, se agrupan en espigas delicadas que florecen en verano. Su textura es suave, su sabor cítrico con un trasfondo herbal y ligeramente dulce, y su fragancia, inolvidable.

El Cedrón prospera en sustratos ligeros, con buen drenaje y ricos en materia orgánica. Idealmente, se debe utilizar una mezcla de compost maduro, perlita y tierra negra. Evita suelos arcillosos, pesados o encharcados, ya que las raíces son sensibles al exceso de humedad.

Esta planta ama el sol. Necesita un mínimo de 6 horas diarias de luz directa para desarrollarse plenamente. Aunque puede tolerar algo de semisombra, su crecimiento se verá reducido. Es apta para cultivo exterior e interior, siempre que reciba buena iluminación natural.

El Cedrón prefiere riegos moderados pero constantes. En primavera y verano, riega cada 2 a 3 días, asegurándote de que el sustrato no permanezca encharcado. En invierno, reduce el riego drásticamente. Siempre es mejor quedarse corto que excederse.

Desde la semilla hasta la madurez, el Cedrón atraviesa varias etapas:

1. Germinación: 2 a 4 semanas en condiciones cálidas y húmedas.

2. Crecimiento vegetativo: El arbusto comienza a ramificar y desarrollar su estructura leñosa.

3. Floración: Se da en verano, con sus características espigas blancas.

4. Fructificación y descanso: Produce pequeñas semillas. En otoño e invierno entra en reposo.

Sembrar el Cedrón desde semilla requiere paciencia. Se recomienda escarificación y un remojo previo de 24 horas. La germinación es lenta y puede tardar hasta un mes. Es ideal hacerlo en interior o en semillero protegido.

Coloca esquejes jóvenes en un recipiente con agua y ubícalos en un lugar con buena luz, pero sin sol directo. Cambia el agua cada 2 o 3 días. En 10 a 15 días suelen aparecer raíces.

Es la forma más eficiente y usada. Toma esquejes de unos 10–15 cm en primavera o verano. Retira las hojas inferiores y planta en sustrato húmedo o agua hasta que enraíce. Asegura humedad ambiental en los primeros días.

Las plantas provenientes de esquejes alcanzan madurez mucho más rápido (en 4–6 meses), mientras que las que germinan desde semilla pueden tardar entre 10 y 14 meses en desarrollarse plenamente.

El Cedrón es una joya herbolaria por excelencia. Tradicionalmente utilizado como infusión digestiva y calmante, también se emplea en licores, jarabes, postres y baños aromáticos. Es compatible con menta, manzanilla, toronjil y lavanda.
Beneficios reconocidos: ayuda a aliviar molestias digestivas, reduce el estrés, mejora la calidad del sueño, tiene propiedades antioxidantes y antimicrobianas.
Usos tradicionales: infusiones calientes, baños relajantes, aceites esenciales, tinturas, y en gastronomía ancestral. Algunos pueblos andinos lo han utilizado como planta ceremonial en ritos de limpieza espiritual.

El Cedrón es portador de energía de claridad, limpieza emocional y armonía espiritual. Es ideal para espacios donde se busca tomar decisiones, reposar el pensamiento o crear. En Feng Shui, se asocia con el fluir del chi en ambientes saturados, facilitando la renovación energética. Se cree que repele la negatividad y estimula la introspección.

Elemento: Agua
Signos zodiacales afines: Cáncer, Escorpio, Piscis.
El Cedrón comparte con estos signos su cualidad intuitiva, empática y su capacidad de suavizar los estados mentales agitados.

Ubica tu Cedrón hacia el Sureste, punto cardinal asociado con la expansión, la abundancia y el crecimiento interno.

Dentro del hogar, sitúalo cerca de la cocina, comedor o ventanas con buena luz. En estos lugares su aroma y energía favorecen la digestión, la conversación amable y el descanso de los pensamientos.