El neem proviene del árbol Azadirachta indica, originario del subcontinente indio y parte esencial de la medicina ayurvédica desde hace más de 2.000 años. En la India es conocido como “el botiquín del pueblo” por sus numerosos usos medicinales, agrícolas y cosméticos. Su nombre científico hace referencia al compuesto activo más conocido: la azadiractina, sustancia responsable de su efecto biocontrolador. Las culturas antiguas utilizaban hojas, semillas y cortezas para proteger sus cultivos y curar enfermedades.

La azadiractina, principio activo del neem, interfiere en las hormonas del crecimiento de los insectos, inhibe su reproducción, alimentación y muda. En hongos, inhibe el desarrollo de esporas. En la planta, no actúa como veneno sino como estimulante de defensas naturales, fortaleciendo tejidos y repeliendo amenazas. No es tóxico para abejas, mariposas ni lombrices si se usa con precaución.

Aplicado regularmente, el neem actúa como un excelente preventivo contra plagas y enfermedades. Altera la capacidad reproductiva de los insectos y su alimentación, reduciendo la aparición de brotes. Su uso continuo en dosis bajas es una estrategia eficaz de control ecológico sin causar daños colaterales al entorno

Además de su acción insecticida, el aceite de neem y sus derivados (como el neem cake) mejoran la salud del suelo. Aplicado en riego o incorporado al sustrato, aporta nitrógeno y compuestos orgánicos que estimulan la actividad microbiológica. Su uso foliar también refuerza la resistencia de la planta frente a estreses abioticos, mejorando su metabolismo y vigor general.

El aceite de neem actúa como un insecticida natural de amplio espectro. Se puede aplicar:

• Foliarmente, diluido en agua, para ahuyentar o eliminar plagas en la superficie de la planta.
• En riego, para actuar en la zona radicular y controlar plagas que afectan desde el suelo.
• En polvo (neem cake), como complemento seco en sustratos o cobertura. A diferencia de los insecticidas sintéticos, no elimina indiscriminadamente, sino que interfiere con el ciclo biológico de los insectos.

• Plagas y hongos que combate
• Pulgones
• Araña roja
• Mosca blanca
• Cochinillas
• Trips
• Nematodos
• Minadores de hoja
• Mosquitos de hongos
• Oídio
• Mildiu
• Roya
• Alternaria

• Dosis general: 3 a 5 ml por litro de agua + una cucharadita de jabón potásico (como emulsionante).
• Aplicación foliar: pulverizar en hojas (cara superior e inferior) al atardecer, cada 7-10 días.
• Aplicación en riego: 2 ml por litro, una vez cada 15 días.
• Evitar aplicar con sol fuerte o en horas de actividad de insectos benéficos (como abejas).
• Precaución: no mezclar con productos alcalinos. No almacenar por más de 6 semanas una vez diluido.

Lo más importante: no se trata de matar por matar

La diferencia entre un tratamiento natural y uno agroquímico es profunda: el primero busca restaurar el equilibrio, no exterminar la vida. Usar aceite de neem es respetar la sabiduría de la naturaleza. No elimina todo, sino que regula con inteligencia biológica. Mientras el agroquímico destruye, el neem convive, cuida y protege. Esa es la gran diferencia: se trata de armonizar, no de erradicar.